Internacional Badalona 2011 |
Llegarán las huestes cubanas, polacas, georgianas, hindús, ucranianas, rusas y demás dispuestas a conquistar el territorio de los premios económicos.
Estamos muy caninos y la oferta de prebendas se ha reducido, pero el elenco de titulados atacará sin piedad en busca del derecho de saqueo.
El grueso del ajedrez aficionado desembolsaremos de 25 a 30 € por torneo de nueve días para practicar el deporte que nos gusta. ¿Deberían pagar también los maestros.? Por supuesto que sí. El presunto derecho adquirido de gratuitividad de los grandes P´elos debería extinguirse. El esfuerzo de los organizadores para mantener esta muy digna oferta de torneos hace que el verano ajedrecístico en Catalunya sea la envidia de muchos territorios y permita que con breves desplazamientos se pueda disputar ajedrez de competición durante cuatro meses largos de manera ininterrumpida.
Los maratonianos Febrero, Tortosa, Flores, Ylla, Casset y muchos más gastarán un buen puñado de euros. También llegarán de más allá de nuestras fronteras aficionados de a pie, como el alemán Rainer Siegel (1655), el lituano Povilas Lasinskas (2194), o la multitud de españoles, italianos, noruegos, daneses, holandeses... que estos últimos años participan en el internacional de Sants. Esos pagan todos y con ganas ya que en sus países de origen no existe esta variada oferta de torneos. Solo por respeto a estos jugadores no deberían existir privilegios económicos. Se acabaron las "condiciones." Vivir del ajedrez exclusivamente se ha reducido a la élite de los +2650 y eso deberían saberlo los titulados internacionales que acuerdan tablas en sexta ronda a las 8 jugadas, calculando con matemática de cuarto de exactas los posibles desempates.
Queremos jugar, disputar, estrechar la mano del rival antes y después, analizar si se tercia y comentar con una cerveza o un refresco en la mano las incidencias de la ronda con los compañeros de club y de torneo.
Eso debería ser igual para todos. ¿Lo conseguiremos?