Gallegos con carrera que están siendo capaces de crear un pequeño imperio hostelero en Barcelona. Sus anteriores generaciones migraron por necesidad y casi sin querer lograron crear una marca "El Bar Gallego", donde no faltaba el propio caldo, lacon, empanadas, pulpo, chuletón y como no, los pimientos de Padrón, (unos pican otros non).
La mayoría en triste desaparición, sustituidos por un chino o un kebah. El peligro amarillo es real, lo que pasa es que no tienen prisa. Los árabes son más impredecibles. aunque sus especias no tienen nada que envidiar al olor de las freidoras de aceite.
Con la misma idiosincrasia restauradora, pero más elaborado, este grupo de universitarios, abogados, periodistas, decidieron anclarse en la ciudad Condal hace unos quince años.
Empezaron con el "Cera23". sencillo, calle la Cera número 23. El antiguo Bar Ubaldo que frecuentábamos en nuestra juventud para pillar barras de talego al "Bolas". Trabajando duro, el boca a boca y utilizando las entonces recientes redes sociales para promocionarse, llegó incluso a estar líder en alguna más o menos reconocida lista gourmet.
Surfeando la ola del éxito, decidieron abrir el ""Arume", en la contigua calle Botella. En 2014 ganaron el concurso de la tapa del año, elaborada por el televisivo cheff: Manu Núñez y empezaron a organizar las "Pulpadas electrónicas" en modo brunch de mediodia hasta media tarde. El éxito sorprendió a la propia empresa que tuvo que buscar escenarios cada vez más amplios. Han llegado a celebrarla en la antigua fábrica Damm.
Luego el "Viana" y el "Gran Viana", culminando con la regencia del restaurante "Louro", del Centro Galego de Barcelona, una joya arquitectónica en las Ramblas, antigua parte del Palau Guell, con su escalera señorial es digno de visitar y no solo para comer.
Con toda la maquinaria engrasada llegó la maldita pandemia y solo su entusiamo les hizo sobrevivir al confinamiento y las restricciones de esos casi dos años, que todos tendemos a olvidar. Recuerdo a los propios jefes, repartiendo menús a domicilio con su propia bici o moto y cobrando por bizum.
Consiguieron mantener el tipo y lejos de recortar, se han embarcado en un nuevo proyecto: un bar nocturno.
Tras duros esfuerzos, reformas, permisos e incluso la colaboración durante varias semanas del padre de Ruben consiguieron hace un año reabrir el antiguo pub "Never". Tras el éxito de los restaurantes, un bar de copas en pleno centro de El Raval. Cuatro ambientes, entrada, baile con dj, zona fumador y parte trasera. Decorado con gusto, es acogedor y tampoco clavan en exceso. Coctelero de prestigio de emulsivos combinados, pero resto de copas a precios asequibles para su nocturnidad.
La estadística indica que el 75% de nuevos locales de restauración no llega al año de vida. Hoy el Never lo ha cumplido y como decía uno de sus dirigentes, "ya hace unos meses que no tenemos que poner dinero".
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| En la puerta del Arume |
Por la parte que nos toca el Centre d´esports Agustí agradece el patrocinio y nos consideramos privilegiados de tener en el club un socio pleno y un par de satélites de estos gallegos empoderados. Supongo sirve el adjetivo, aunque aquí tampoco ha llegado la paridad, de momento...
Glosado con cierta prudencia creo haberle dado un buen masaje al "Grupo Arume". Y es que tenemos que renovar la equipación deportiva...
Un saludo. J.Robla.
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